viernes, 18 de septiembre de 2009

Comienza la temporada



Llega el frío...
y con él el recuerdo de lo que de verdad es y no es,
deseo frustrado juvenil del interminable verano.
Llega el frío y con él, la sensación incontrolada
de malestar al no estar recubiertos del calor que tan
fuertes y seguros nos hace durante el verano.
Llega el frío y con él los recuerdos a un año duro,
realidad que habiamos olvidado y con idea de no
volver a padecer.
Pero llega el frío, y con él llegan cosas buenas, y grandes.
Llegan los fríos y con él, el olor a noche de seca humedad
y a neopreno mojado,
Llegan los frios y con él, olor a viento mojado mezclado
con parafina incrustada en las maletas esperando a ser
aprovechadas en otra sesión gloriosa de paz y radiante
combinación entre tensión y disfrute.
Llega el frío, y con él, silencios frutos del cansancio
y de la falta de sueño delante de la dificil decisión de
elegir "aquí" o mejor "en otro lado" en el que siempre uno
confía en la perfección ante la sabiduría que proporcionan
los años.
Llega el frío, y con él, los rostros pálidos cuando el sol aun
no se ha dignado a levantarse mientras que el congelado neopreno
nos calienta del viento que sigue sin desaparecer y que nos hace
cuestionar el por qué de estar ahí.
Pero llega el frío, y con el, las sesiones que hacen de todas
esas adversidades un anticipo de la perfección del lugar
al que aunque muchos deseen no se puede llegar. Un momento en
el que se concatenan una serie de sensaciones que sólo algunos
saben y a las que se llega cuando muchos factores se suceden.
Tardes de reflexión y largas noches de convivencia cubiertos de
contracturas cuales trofeos de oro.
Bendida locura, bendita vida.
Comienza la temporada...