18 de agosto. Huele a Septiembre, aquel ansiado mes de luz y de temperaturas suaves que trasladan al menos a mi, a recuerdos imborrables de estadio olímpico y de noches frescas en vista de futuras prendas de abrigo. Ecuador de un mes
-summertime de billie holiday- que tras el día 15 parece que se acelera para devolvernos a la realidad, para algunos deseada y para otros resistida. Las calles cobran más intensidad y las playas siguen su rutina veraniega como pude seguir observando días atrás.
Y comenzó la siguiente y esperada prueba del WCT en Tahiti. Tanto para los seguidores del circuito como para los que no, Teahupoo supone, digamos, la prueba más impresionante del circuito en cuanto a localización como el medio natural en el que se celebra la misma. Pero entrando en materia, no se trata de comentar la prueba que ahora toca. A estas alturas del mundial siempre se ojea la tabla y cada uno hace sus apuestas pero hay cosas que siempre se repiten en Tahiti. Recuerdo el año pasado con un Travis Logie enorme y un Jeremy Flores arriesgando al máximo aunque falló en cuartos de final con Josh Kerr por unas décimas insignificantes, como siempre, puntos de vistas subjetivos de los jueces ya que a mi juicio debió pasar Flores. Finalmente se repitió la historia de Long Beach entre Owen Wright y Slater que finalmente se llevó el de Florida por también pocas décimas...
El espectáculo está servido, Teahupoo nunca defrauda y las sorpresas están aseguradas...
